El arte como pilar en el desarrollo profesional
Lejos de limitarse a la mera creación estética, el arte desempeña un papel crucial en el desarrollo de habilidades y competencias necesarias para enfrentar los desafíos del entorno empresarial actual porque, vale la pena aclarar que el pensamiento artístico ofrece una perspectiva que trasciende el conocer o dominar las habilidades técnicas convencionales y tiene que ver más con la sensibilización de los sentidos y el control del cuerpo y la mente para la interpretación y comunicación de la realidad de manera abierta, es decir, que contribuye con entender la vida en blancos y negros sino ver los matices.
En ese sentido, Arnold Arnheim (1993) sostiene que la experiencia artística enriquece a los individuos al proporcionar herramientas para comprender y comprenderse a sí mismos y al mundo que los rodea. Esta capacidad para interpretar y expresarse a través del arte no solo estimula la imaginación y la creatividad, sino que también fomenta el desarrollo de habilidades emocionales y sociales esenciales en el ámbito laboral.
Por otro lado, siguiendo las categorías de aprendizaje propuestas por Jacques Delors (1987), la educación artística se alinea con la necesidad de "aprender a conocer", "aprender a hacer", "aprender a vivir juntos" y "aprender a ser". Para este autor, tener contacto con alguna técnica artística contribuye significativamente al "aprender a conocer" al expandir las capacidades de comprensión y reflexión crítica. Con respecto al "aprender a hacer", el arte impulsa la capacidad de los individuos para influir en su entorno de manera creativa y efectiva; y, en cuanto a "aprender a vivir juntos", el arte fomenta la cooperación y la comunicación, habilidades fundamentales en un entorno de trabajo colectivo. Finalmente, en el "aprender a ser" influye en el desarrollo de la identidad, la autonomía y la responsabilidad personal.
De este modo, el involucrar las artes en cualquier proceso formativo, no sólo como una materia a parte de un currículo, puede hacer que el aprendizaje sea más significativo e incluso que resulte placentero ya que las diferentes técnicas artísticas tienen la capacidad de involucrar lo afectivo, emocional, lo sensorial y, por supuesto, lo intelectual.
Las habilidades blandas en la empresa
Hoy en día muchas empresas exigen a sus empleados un perfil que enmarque todos los aspectos funcionales, en cuanto a competencias y habilidades, de modo que puedan tener un buen desempeño en sus cargos. Esto implica, entonces, que los tomadores de decisiones no sólo deben tener en cuenta la experticia de un individuo en cuanto a los aspectos técnicos, sino que se debe empezar a valorar otras habilidades como la flexibilidad para adaptarse al cambio, trabajo en equipo, la creatividad, así como la capacidad de aprendizaje y de decisión.
Frente a estos retos, el involucrar a las artes en el proceso de aprendizaje puede enriquecer el desarrollo de las habilidades blandas mencionadas, en donde la imaginación creadora juega un papel crucial, y se convierte también en una herramienta de comunicación altamente efectiva pues en un ámbito laboral (aunque también, por supuesto, en el personal), la capacidad de expresar ideas, emociones y pensamientos con claridad y creatividad es clave, y su ausencia puede obstaculizar la capacidad de organizar, planificar y ejecutar tareas de manera eficiente.
El arte facilita la conexión emocional y la transferencia de conocimientos, ayudando a los individuos a adaptarse y accionar en diversos contextos.
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