Las artes, detonantes de la curiosidad y la creatividad
Buscar la homogeneidad tanto del pensamiento como de las formas de vida, implica abandonar toda la riqueza que proporciona la diversidad, como diría Boaventura de Sousa Santos, es posible hacer que el mundo sea inteligible sin destruir lo distinto. Este pensador portugués abogaba por cuestionar el hecho de naturalizar la creencia de que la manera de pensar de los países europeos y de Estados Unidos, es la única forma válida de acercarse al conocimiento (para profundizar más sobre esto, te recomendamos leer este artículo).
La razón para generar interrogantes frente a estos preceptos parten por reconocer que la experiencia social del mundo es mucho más amplia y variada que lo propuesto desde la tradición científica o filosófica occidental. Además, la manera de acceder al entendimiento del mundo reposa en la intersubjetividad, es ahí donde se construye el sentido sobre la realidad, el cual sirve como base para las acciones cotidianas de los sujetos.
Con lo anterior, retomar el concepto de la complejidad de Edgar Morin es importante pues si se quiere un mundo mejor hay que asumir que, entonces, la realidad pluridimensional, paradójica y cambiante. Así, la manera de acercarse a los saberes no debería priorizar únicamente de la razón, sino detenerse a entender, como lo expresó el psicólogo, Rudolf Arnheim, que la raíz del conocimiento es el mundo de lo sensible, de aquello que se puede experimentar y donde la educación vendría siendo ese intento por dar forma a lo que se experimenta.
Siguiendo a la filósofa estadounidense Martha Nussbaum, la educación no puede ser desapasionada porque si lo es, existe el peligro de que no sobrevivan los principios y las instituciones que realmente sostienen la democracia y por eso, recalca que, en los momentos formativos debe haber “suficiente poesía y música, con suficiente acceso a un espíritu afectivo y lúdico, como para que las actitudes de las personas frente a los demás y a la nación no sean una mera rutina inerte”.

En ese sentido, las artes desempeñan un papel vital, puesto que cultivan los poderes de la imaginación que son esenciales para la construcción de ciudadanía, en otras palabras, las artes despliegan las capacidades de juicio y de sensibilidad que pueden desafiar la sabiduría y los valores convencionales.
De esta manera, incorporar las artes en la educación de manera transversal y no como una asignatura independiente parte de dejar atrás la concepción de que lo artístico únicamente es fuente de descanso o de distracción o que esta, como materia de escuela, es ornamental frente a otras como matemáticas.
Si se abre este panorama es posible ver cómo el arte proporciona al sujeto múltiples posibilidades para
aprender a ver lo que antes había pasado inadvertido, a ampliar las formas de pensamiento y a experimentar el mundo sensible, como lo afirma la investigadora mexicana Lourdes Palacios: “el arte afina la atención y la capacidad para distinguir las cualidades de los fenómenos de la realidad”.
Esta perspectiva ha sido defendida por diversos autores, uno de ellos es John Dewey quien se interesó de manera particular por el arte, la estética y la sensibilidad contemporánea. Uno de los puntos que destacaba era la posibilidad de lentificar la mirada, es decir, fomentar una percepción más lenta y reposada que permitiera la valoración estética, postulado que se puede extrapolar también a cualquier aspecto de la realidad. En esa línea, uno de los seguidores de Dewey, Elliot Eisner defendió la importancia de la educación holística porque, según él, es posible integrar el pensamiento abstracto y experiencia sensorial al adoptar dicha visión artística.
El arte, puede conectar y comprometer los sentimientos, las emociones y los afectos, lo cual es fundamental para el desarrollo de los seres humanos (para saber más sobre esto, puedes leer este artículo). De igual manera, esta perspectiva debe tener también considerar la noción de conocimiento somático, entendiendo que por el cuerpo y sus sentidos, es posible leer el entorno.
Otros aspectos de la educación mediada por el arte
Dentro de las posibilidades que se han mencionado que permite el arte en la educación, vale la pena destacar algunas en las que enfatiza Eisner en su libro “Artes y creación de la mente”. Para él, el arte da cuenta de que los problemas pueden conllevar más de una solución y que es posible dar varias respuestas a las preguntas, porque este ayuda a mirar los fenómenos desde diferentes perspectivas y a fijarse en los detalles. Por otro lado, las artes permiten descubrir aquello del mundo que no se puede conocer ni a través de las palabras ni de los números, asimismo, explorar una gran gama de sentimientos y, sobre todo, la imaginación.

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